Desde hace al menos 20.000 años, la existencia humana no ha sido solo terrenal, sino también celeste. Los ciclos del universo han influido en la vida cotidiana de los seres humanos y nuestra relación innata con las estrellas ha influido en nuestro arte, nuestras creencias religiosas, nuestro estatus social, nuestros avances científicos y, incluso, en nuestra biología. No obstante, en los últimos siglos, nos hemos desconectado del universo que nos rodea y esto tiene un coste.
A lo largo de los siglos, diferentes culturas han celebrado la majestuosidad y el misterio del cielo nocturno. El cosmos es fuente de creatividad en el arte, la ciencia y la vida en general. Jo Marchant nos lo muestra mediante un recorrido por las cuevas prehistóricas, los monasterios medievales y sus ingenios para controlar el tiempo, los marineros guiados por las estrellas. También nos acompañará en el descubrimiento de Einstein sobre que el tiempo y el espacio son una y la misma cosa y veremos cómo la caída de un meteorito hace cuatro mil millones de años nos llevó a buscar vida extraterrestre más allá de nuestro planeta.