Adara Megalos conoce muy bien que la traición se paga con sangre. Aunque ella cree que no ha traicionado a la familia Sabello, sus movimientos sospechosos provocarán una serie de situaciones peligrosas de las que no podrá escapar, incluso con el respaldo del actual capo de la mafia siciliana.
Claudio hará lo imposible para mantener la unión de su familia, algo que él y Antonella han protegido con firmeza a pesar de las adversidades y los enfrentamientos con sus enemigos. Sin embargo, sus enemigos creían que estaban muertos y, tras su resurrección, regresarán con más fuerza aún de lo que los Sabello esperaban.
Adara se aferrará a la decisión del capo, pero la llegada de Tiziano, envuelto en oscuridad, hará que su vida se tambalee y que todo lo que habían construido juntos se desmorone, desestabilizando así su cordura y equilibrio emocional.
Cuando descubres el verdadero significado de la palabra “futuro”, no puedes imaginar que intentarán derrocarte desde dentro. La segunda parte de la trilogía de Diamante Rojo sigue siendo perversa, vengativa y sedienta de sangre.
La maldición del capo puede ser irrompible cuando la palabra de un Sabello se desvanece.