Lev Tolstói, uno de los escritores más influyentes en la literatura mundial, sigue fascinando hasta hoy a quienes se acercan a su obra. Su figura polifacética generó admiración y controversias entre sus contemporáneos, y su legado continúa siendo objeto de estudio y admiración en la actualidad.
Este volumen reúne una serie de testimonios que muestran a Tolstói como escritor, asceta y pensador moral, pero también como un gran melómano. Su predilección por la música encierra algunas claves para entender su pensamiento sobre la creación y la vida, y sus palabras nos permiten acercarnos un poco más a su compleja personalidad.
Cada uno de los textos aquí reunidos refleja un aspecto diferente de la fascinante personalidad de este hombre, capaz de inspirar admiración en aquellos que llegaron a conocerlo en profundidad. Esta recopilación es como un mosaico, formado por las distintas teselas que dibujan una figura completa y desmesurada.
El escritor
Numerosos testimonios hablan del Tolstói escritor, uno de los aspectos más conocidos de su figura. Es ampliamente reconocido por sus novelas ‘Guerra y paz’ y ‘Anna Karenina’, consideradas dos de las obras cumbre de la literatura universal. Pero Tolstói no solo fue un gran creador de historias, también se destacó por su habilidad para describir la realidad de manera cruda y realista.
Una de las personas que conoció más de cerca a Tolstói fue su amiga y biógrafa Alexandra Tolstaya. Ella nos cuenta que su intención como escritor era mostrar la vida tal como era, sin adornos ni idealizaciones. Para Tolstói, el arte debía ser una herramienta para comprender la realidad y transformar el mundo.
Como escritor, Tolstói también reflexionaba sobre la escritura misma. En uno de sus diarios, escribió: “¿Cuál es la verdad que quiero transmitir a través de mi arte? Es la simple verdad de que sin amor, sin fraternidad, la vida humana no tiene sentido”. Estas palabras reflejan su compromiso con el arte como un medio para comunicar sus ideas y sentimientos más profundos.
El pensador moral
Otro aspecto que domina la imagen de Tolstói es el del pensador moral, influido por su conversión al cristianismo y su posterior rechazo a la iglesia y las instituciones establecidas. Tolstói creía en la importancia de la bondad y la humildad como valores fundamentales para una vida plena y significativa.
En su obra ‘La confesión’, Tolstói describe su búsqueda de la verdad y la moralidad. Allí, cuestiona la religión institucionalizada y se enfoca en la importancia de la vida cotidiana y la felicidad a nivel personal. Para él, la verdadera fe no era algo que se pudiera encontrar en una iglesia o un libro, sino que debía nacer de cada persona de manera individual.
Más allá de sus creencias religiosas, las ideas morales de Tolstói giraban en torno a la empatía y la compasión. Para él, los seres humanos debían ser conscientes de su papel en el mundo y ser solidarios con aquellos que los rodean. Su compromiso con la verdad y la justicia lo llevó a defender causas como el vegetarianismo y el pacifismo.
El melómano
Pero Tolstói no fue solo un hombre de letras y de pensamiento moral, también fue un gran amante de la música. Desde joven mostró una particular predilección por la música clásica, y a lo largo de su vida asistió a numerosos conciertos y óperas.
En una carta dirigida a su sobrina, Tolstói explica su amor por la música: “Hay algo divino en ella, algo que nos ayuda a comprender el mundo y a sentir nuestra conexión con el universo”. Esta conexión con la música reflejaba su profunda sensibilidad y su búsqueda por comprender el mundo que lo rodeaba.
Además, su amor por la música influenció su pensamiento sobre el arte. Para Tolstói, la música era “la más abstracta de las artes” y, por lo tanto, la más cercana a la verdadera esencia de la vida. Para él, la creación artística debía estar libre de convenciones y reglas, y debía nacer de la inspiración y la emoción, en lugar de ser el resultado de un trabajo mecánico.
Conclusiones
En definitiva, la figura de Lev Tolstói no puede ser reducida a un solo aspecto de su vida y obra. Como este volumen de testimonios muestra, Tolstói fue un escritor excepcional, un pensador moral e incluso un melómano apasionado. Cada uno de estos aspectos se entrelaza y complementa, dibujando un retrato completo y fascinante.
Leer a Tolstói es un ejercicio de reflexión profunda y de conexión con la humanidad, una oportunidad para comprender la complejidad de nuestro mundo y nuestra relación con él. Sus palabras continúan resonando hasta hoy, y su legado sigue inspirando a escritores, filósofos y artistas en todo el mundo.