«La sala se remeció del estruendo, pero no eran carcajadas felices sino funéreas, y, sin embargo, compaginaban muy bien con la gran fiesta que se oía desde el jardín».
«La sala se remeció del estruendo, pero no eran carcajadas felices sino funéreas, y, sin embargo, compaginaban muy bien con la gran fiesta que se oía desde el jardín».