Alan MacKintoch odiaba el hecho de que su padre fuera un tirano que maneja a sus hijos de la forma más cruel y el cual desea que de inmediato le den los nietos que él quiera para perpetuar su estirpe, por eso Alan está dispuesto a renunciar a tener una familia para no darle el gusto y vive en una vida de libertinaje siempre tratando de no dejar algún bastardo en algún lugar.
Renunciar al amor era la mejor opción de Alan y no se arrepentía de nada, pero cuando acompañó a su hermano Duncan a buscar a los jefes de los clanes por mandato de su padre se dio cuenta de que el amor se escondía en el lugar menos esperado y ahora descubrió que el destino es mucho más testarudo que su padre.