Chaser es un perro con un talento excepcional para las palabras. Este can ha memorizado más de mil juguetes y puede encontrarlos cuando se le pide. Junto a su entrenador, el psicólogo John W. Pilley, han sorprendido a la comunidad científica al evidenciar su sorprendente habilidad para comprender oraciones complejas y aprender nuevos comportamientos mediante la imitación. La técnica de Pilley nos muestra el impacto positivo de incorporar el aprendizaje en el juego, una estrategia que puede adaptarse por cualquier amante de los perros.
Pero su historia va más allá del entrenamiento canino. La historia de Chaser se convierte en un testimonio de los fuertes lazos que existen entre los humanos y los perros, una relación en la que ambos pueden compartir, comprender el mundo y crear un hermanamiento emocional. Es el perro científicamente más importante en casi un siglo y su vida se convierte en un ejemplo de lo sofisticada que puede ser la mente de un perro. Brian Hare, coautor de The Genius of a Dog.
Chaser, un perro excepcional
Chaser no es un perro común. Es una hembra de Border Collie, nacida en el año 2004 en el estado de Carolina del Sur. Desde muy joven, su dueño, John Pilley, se dio cuenta de su inteligencia y decidió entrenarla en algo que le encantaba: los juguetes. Así empezó su entrenamiento.
John Pilley, un psicólogo retirado, se motivó por una premisa interesante: si los niños pequeños pueden aprender cientos de palabras, ¿por qué los perros no? Así, diseñó un entrenamiento mediante el cual el perro aprende jugando. El método consistía en mostrar a Chaser un objeto y nombrarlo, repitiéndolo varias veces.
Luego de un tiempo, se le mostraba el objeto, y se le pedía que lo encontrara entre otros juguetes. Chaser era excelente para esta prueba, y su capacidad para nombrar objetos y recordarlos se demostraba cada vez más.
La metodología de John Pilley
El método de Pilley se basa en la idea de que los perros pueden aprender a través del juego. También, considera que los perros pueden aprender estructuras gramaticales más complejas, siempre y cuando se aborde el aprendizaje de manera gradual.
En resumen, el entrenamiento de Chaser se basa en el aprendizaje de dos elementos importantes:
- Vocabulario: el perro aprende palabras como si fueran nombres propios. Por ejemplo, en lugar de aprender el concepto de “pelota”, aprende a reconocer la palabra “pelota”.
- Comprensión: además de aprender palabras, el perro puede entender instrucciones más complejas. Por ejemplo, entiende frases como “ve a buscar la pelota y tráemela”.
Esta metodología ha sido revolucionaria en el mundo de los entrenamientos caninos. El método de Pilley ha sido adaptado por algunos entrenadores, incluyendo a los que entrenan perros para la detección de drogas o la búsqueda y rescate.
El impacto positivo de Chaser
Chaser y John Pilley no solo impactaron al mundo de los entrenamientos caninos, sino al mundo científico en general. El impacto positivo de su entrenamiento ha llevado a la reflexión sobre cómo podemos entender mejor la relación entre perros y humanos.
La capacidad de los perros de comprender el habla humana y las estructuras gramaticales ha demostrado que sus mentes son más sofisticadas de lo que se pensaba anteriormente. La historia de Chaser ha cambiado la manera de concebir el aprendizaje de los perros y ha demostrado que el entrenamiento basado en el juego puede tener un impacto muy positivo.
En conclusión, la historia de Chaser es una muestra clara de lo que se puede lograr con un entrenamiento concreto y paciente. Su excepcional capacidad para aprender y su demostración de la mente sofisticada de los perros han dejado una huella significativa en la historia de la ciencia del comportamiento animal.