El ilustre vidente del siglo xx Edgar Cayce reconoció el poder curativo de la luz violeta. Los alquimistas y algunas personas dedicadas a la curación han utilizado a lo largo de los tiempos esta elevada energía espiritual para lograr equilibrio en los chakras y transformación espiritual.
«Espero que llegues a conocer la dicha de ser una más entre las miles de personas en todo el mundo que han transformado su vida con este disolvente milagroso: el mayor regalo que Dios ha ofrecido al universo».