El capitalista simbólico es una novela de Valentín Roma que cierra el ciclo de novelas de aprendizaje, que empezó con El enfermero de Lenin y Retrato del futbolista adolescente, sobre el desclasamiento en España a través de la perspectiva de la generación de los hijos de trabajadores emigrados a los extrarradios metropolitanos. La historia sigue los pasos del protagonista, un recién licenciado que es contratado por las Guías Michelín para puntuar la experiencia turística y descubrir qué la hace sublime. Aunque apenas visita los lugares que debe puntuar, cobra un sueldo elevado que le hace sentirse un fraude y acaba coqueteando con las élites culturales de Barcelona.
El protagonista, hijo de un obrero y una ama de casa, vive con una peculiar culpa de clase la promesa de ascenso social de los años noventa. La década de los noventa en España se caracterizó por la especulación y el endeudamiento del país, lo que llevó a un momento marcado por el epíteto y el éxito rotundo. A pesar de su éxito profesional, el protagonista se siente fuera de lugar y en conflicto con la identidad que ha forjado para sí mismo.
Valentín Roma, en una prosa humorística, tierna y profundamente irónica, retrata a la generación que depositó numerosos anhelos aspiracionales en los hijos de trabajadores emigrados de los extrarradios metropolitanos. El narrador autobiográfico combina lucidez y tontería y es el gran cronista de los sueños frustrados de la España reciente. El capitalista simbólico es una novela picaresca y reflexiva, una verdadera épica del desclasamiento en España.