El libro “El ladrón de rostros” del escritor Ibon Martín presenta un caso que ha dejado desconcertada a la Unidad de Homicidios de Impacto liderada por Ane Cestero. El cuerpo de una mujer ha sido encontrado en la ermita Sandaili, ubicada en una zona remota protegida por la mitología y las leyendas vascas. La víctima había sido asesinada mientras realizaba un antiguo rito de fertilidad y su cuerpo ha sido mutilado y vaciado. Además, sus manos han sido colocadas a ambos lados de su abdomen, como las figuras de los apóstoles en la fachada de la basílica de Arantzazu. Pero lo más siniestro de todo es que el asesino ha hecho una copia de su rostro en el momento de su muerte.
La Unidad de Homicidios de Impacto y Ane Cestero se enfrentarán a un ritual de asesinatos en medio de las hermosas montañas vascas. En el aislamiento de la zona, modelada por los ríos que han dejado marcas en forma de cuevas profundas y gargantas majestuosas, nace un peligroso asesino ritual. Ahora, el equipo deberá emprender un peligroso viaje a las entrañas de la tierra en busca de lo más oscuro del alma humana.
Ibon Martín crea una atmósfera de tensión y misterio en “El ladrón de rostros”. El autor lleva al lector a los rincones más remotos de los mitos y leyendas vascas, presentándole un thriller de asesinatos con detalles macabros y retorcidos. La prosa de Martín es fluida y fácil de leer, pero también evocadora e inquietante. Los personajes están bien desarrollados, en particular la protagonista Ane Cestero, que es una policía dura e inteligente que se enfrenta a sus propios demonios internos durante la investigación.
En resumen, “El ladrón de rostros” es una novela de misterio y crimen con una trama oscura y retorcida que evoca la mitología y leyendas del País Vasco. Los personajes bien construidos y la prosa hábil de Ibon Martín hacen que sea una lectura obligada para los amantes del thriller.