Mi nombre es Ada y tengo veintinueve años y hace cinco decidí vivir en Besalú, un pueblo medieval encantador donde me instalé en la casita de mi abuela y monté mi propia sala de masajes, dejé atrás todas esas secuelas de un pasado lleno de tragedia hasta que un problema de casi dos metros con ojos negros hermosos llegó para echar todo a perder.
El inspector Ezequiel me impulsará a enfrentar mis miedos y me obligará a abrazar el don que nunca acepté y dejar de temer a la vida.