«Nacer en el mismo año, bajo el mismo signo zodiacal, vivir en el mismo barrio y estudiar en el mismo colegio, frecuentar el mismo parque, las mismas plazas, los mismos comercios no tiene por qué suponer una estrecha amistad. Si acaso una amistad circunscrita al espacio y al tiempo, ineludible, como una especie de tara genética. Pero no una amistad verdadera. Yesica Lugano y yo nunca fuimos amigas de verdad, nunca intimamos ni nos hicimos confidencias. Ni siquiera en los años de parvulario y colegio que compartimos –hasta que su padre se decidió a matricularla en una prestigiosa escuela italiana–, y por mucho empeño que pusieron nuestras madres; o quizá, en buena parte, a causa de ello. Porque todo lo que yo sabía de Yesi –y entonces creía que lo sabía prácticamente todo–, lo sabía por mi madre.»
Quien explica todo esto es Desi, a la que unen tantas cosas con Yesi y sin embargo tantas otras la separan de ella. Ambas son chicas del barrio de Sant Antoni de Barcelona, una zona popular tocada por la crisis, cuyo día a día retrata la novela. Pero, poco a poco, ese mundo cotidiano de vecinos y conocidos va mostrando sus recovecos y sus sombras. Yesi ha desaparecido, y Desi también tiene sus secretos…
Encargo cuenta la historia de una contradictoria relación de atracción y rechazo que acaba conduciendo a un acto terrible: acaso de venganza, acaso de piedad. Y lo hace a través de una narración que empieza como un ejercicio de taller de escritura: el de una narradora que escribe bajo los efectos de alguna medicación, que la arrastra a situaciones sorprendentes y perturbadoras…