Enya es una de las artistas más exitosas de todos los tiempos. A pesar de ello, ha sido maltratada por la crítica musical desde sus inicios. Canciones como “Orinoco Flow” y las del resto de su repertorio, definido acertadamente por Chilly Gonzales como “versiones actualizadas de canciones de cuna”, han enamorado a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, existe un gran número de personas que no se atreven a confesar públicamente su afición por discos como “Watermark” por miedo a recibir burlas o críticas. Esta situación lleva al autor a cuestionarse: ¿es mejor la música ingeniosa y compleja o podemos obtener el mayor placer de la más sencilla simplicidad?
La música de Enya se caracteriza por su delicadeza, suavidad y sensibilidad. Sus canciones son una mezcla de elementos celtas, new age y pop, con letras que en su mayoría no están en inglés y una voz angelical que parece surgir desde lo más profundo de la naturaleza. Sus melodías son relajantes y evocadoras, capaces de llevarte a lugares que nunca antes habías imaginado.
La música de Enya ha despertado diferentes reacciones y opiniones. Por un lado, está su gran legión de fans, que aprecian su música por su capacidad para proporcionarles un momento de paz y relajación en un mundo cada vez más agitado y frenético. Por otro lado, está la crítica musical, que ha despreciado su trabajo por considerarlo simplista, monótono y carente de originalidad.
La pregunta que surge es: ¿qué es lo que hace que la música de Enya sea tan especial y querida por tantas personas en todo el mundo? Para muchos, es la capacidad que tiene de hacernos sentir bien con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Su música es un bálsamo que nos ayuda a escapar de la realidad y a encontrar la paz interior que a veces se nos escapa.
Otra característica interesante de la música de Enya es que es atemporal. Aunque sus canciones fueron creadas hace varias décadas, su mensaje sigue siendo relevante y actual. Sus canciones hablan de amor, de paz y de armonía, valores que nunca pasarán de moda.
La música de Enya también ha sido criticada por su falta de variedad y originalidad. Sin embargo, ¿acaso no hay lugar para la música que busca simplemente hacernos sentir bien y reconfortarnos? No todo tiene que ser complejo y sofisticado. A veces, lo más simple es lo que realmente necesitamos.
En resumen, la música de Enya es digna de ser valorada y apreciada por lo que es: una experiencia de placer no culpable. Todavía hay muchas personas que, por temor al juicio de los demás, prefieren mantener su amor por su música en secreto. Sin embargo, no hay nada de qué avergonzarse. Todos necesitamos momentos de paz y serenidad, y la música de Enya es un medio valioso para alcanzarlos.
Raquel García
Raquel es licenciada en Periodismo en la UCM. Desde pequeña, ha sido una ávida lectora y siempre ha disfrutado de sumergirse en mundos imaginarios a través de las páginas de un libro. Además, le encanta explorar nuevos lugares y culturas, y ha tenido la oportunidad de viajar a varios países en diferentes continentes. Actualmente, trabaja como redactora web y sigue descubriendo nuevos libros y lugares fascinantes.