Este libro es el relato de una promesa: que vas a ser padre. La historia de la Humanidad avala el cumplimiento de lo prometido, y un embarazo es indistinguible de otro embarazo. Pero cada nacimiento es una epopeya, a veces dramática, casi siempre feliz, llena de inquietud, humor, significaciones sociales y miedo, mucho miedo. Un largo camino extraordinario hasta que el niño «toca el aire».
Con una honestidad minuciosa y bellísima, Alberto Olmos ha escrito una novela sobre el embarazo desde el punto de vista más modesto: el de un hombre que trata de no molestar demasiado. Una carrera de obstáculos repleta de clases preparatorias al parto, términos inverosímiles, pánicos primigenios y visitas obligadas a IKEA.
Irene y el aire supone la vuelta a la novela de Olmos tras varios años dedicado a tiempo completo al columnismo y a la crianza de sus dos hijos. Como escribe en estas páginas, «nacer quizá sea la única historia que merece la pena contarse»; él convierte ese relato en una tragicomedia genial.
Con una honestidad minuciosa y bellísima, Alberto Olmos ha escrito una novela sobre el embarazo desde el punto de vista más modesto: el de un hombre que trata de no molestar demasiado. Una carrera de obstáculos repleta de clases preparatorias al parto, términos inverosímiles, pánicos primigenios y visitas obligadas a IKEA.
Irene y el aire supone la vuelta a la novela de Olmos tras varios años dedicado a tiempo completo al columnismo y a la crianza de sus dos hijos. Como escribe en estas páginas, «nacer quizá sea la única historia que merece la pena contarse»; él convierte ese relato en una tragicomedia genial.