Esta novela narra la historia de una joven que logró trascender su mundo, sazonada con ingredientes fantásticos y enmarcada en el convulsionado siglo XII. Hildegarda de Bingen fue capaz de realizar milagros y exorcismos, escribir sobre teología y medicina, componer música, fundar dos monasterios y predicar en público.
Su vida fue una constante lucha contra las expectativas sociales y religiosas de su época. Hildegarda, por ejemplo, solía vestirse con sedas y joyas, un extravagante lujo para una abadesa. Pero su influencia y sabiduría en materia de medicina y teología no podían ser ignoradas, y logró enfrentar al mundo masculino y sus figuras más poderosas, incluyendo papas y emperadores.
Hildegarda es un ejemplo de tenacidad y coraje, cuya vida merece ser conocida y contada. Su legado ha perdurado a través de los siglos, y su figura ha inspirando la creación de múltiples obras artísticas y literarias. Sin duda, la historia de la abadesa de Bingen es un relato que merece ser compartido y celebrado.