La vida para mí siempre ha sido como una montaña rusa, he aprendido que no hay felicidad completa y que cualquier efímero momento de ilusión debes ganarlo. También he aprendido que las personas que llegan a ti traen la misión de enseñarte, algunas lo hacen de un modo más dulce y otros tiran a matar.
Pero te advierto, no creas conocerme ni te atrevas a encasillarme, no soy como lo imaginas. Porque como lo dije antes, la vida me enseñó y lo hizo de la forma más dura. Ahora sé que ser mujer no es sinónimo de debilidad, todo lo contrario, significa fuerza y lucha.
Y si te preguntas cómo lo aprendí, aquí empieza mi historia.
Del rosa al negro.
Del dulce al amargo.
Soy hielo y fuego.