Gracias a un pleno dominio de los secretos de la ficción, en estas dos novelas —La huella del conejo y La saga del conejo—el narrador mexicano Julián Meza redibuja a los protagonistas de uno de los episodios más notables de la historia universal —el «descubrimiento» del Nuevo Mundo y sus inevitables consecuencias, por supuesto, como la batalla marítima librada entre las fuerzas navales de las monarquías de España e Inglaterra— y los transforma en excéntricos personajes que participan en una versión atípica de la novela de aventuras.
La huella del conejo y La saga del conejo representan un viaje a una época en apariencia remota, en que monarcas, doncellas, poetas, navegantes, piratas y bucaneros, héroes y heroínas, entre muchos otros, conviven plenamente en ese espacio sin tiempo que es la imaginación —de la cual Meza hace un derroche prácticamente inconcebible—, participando en las batallas libradas primero en tierra firme y luego en el vasto e ingobernable mar.
Por si lo anterior fuera poco, no es superfluo mencionar que La huella del conejo y La saga del conejo atrapan al lector desde la primera oración, ya que están escritas con un lenguaje pulcro y lúdico. Definitivamente, Meza posee una de las prosas más refinadas de la narrativa mexicana contemporánea.
La huella del conejo y La saga del conejo representan un viaje a una época en apariencia remota, en que monarcas, doncellas, poetas, navegantes, piratas y bucaneros, héroes y heroínas, entre muchos otros, conviven plenamente en ese espacio sin tiempo que es la imaginación —de la cual Meza hace un derroche prácticamente inconcebible—, participando en las batallas libradas primero en tierra firme y luego en el vasto e ingobernable mar.
Por si lo anterior fuera poco, no es superfluo mencionar que La huella del conejo y La saga del conejo atrapan al lector desde la primera oración, ya que están escritas con un lenguaje pulcro y lúdico. Definitivamente, Meza posee una de las prosas más refinadas de la narrativa mexicana contemporánea.