La historia de la niña que nació sin cuerpo es una de misterio y dolor. Encarnación García Corrientes cree firmemente que su madre, Margarita, sufrió el robo de su hermano mayor recién nacido en el hospital. A pesar de que les dijeron a sus padres que el bebé había muerto, Encarnación siempre ha sentido que hubo algo siniestro detrás de la desaparición de su hermano.
Encarnación culpa a Sor Lucía, la responsable de adopciones en el hospital, de jugar a ser Dios con la vida de los seres humanos. Sor Lucía ha tejido una red complicada, desde el camillero hasta el médico, para crear una gran mentira. Las enfermeras y el personal del centro participaban en este engaño al robar bebés para aquellos que podían pagar por ellos.
La historia de la niña que nació sin cuerpo es una de dolor para Margarita, quien nunca volvió a ver a su hijo recién nacido. Fue llevado sin ninguna explicación, lo que sumió a su madre en un pozo de locura. A pesar de esto, Encarnación ha seguido adelante para conocer la verdad detrás de la desaparición de su hermano.
Encarnación se ha enfrentado a sus propios demonios y a Sor Lucía para descubrir la verdad. Cree que su hermano fue sustraído y dado en adopción a alguien más. Ha luchado incansablemente para descubrir la verdad detrás de la desaparición de su hermano.
La niña que nació sin cuerpo es una historia de lucha y determinación ante la adversidad. Encarnación ha enfrentado muchos obstáculos y ha tenido que superar muchos miedos para conocer la verdad detrás de la desaparición de su hermano. Ha tenido que confrontar a Sor Lucía y sus propios demonios internos para hacer justicia por su familia y descubrir la verdad detrás de lo que realmente sucedió en el hospital.
La historia de la niña que nació sin cuerpo es una historia de perseverancia y coraje. Encarnación ha puesto todo de sí para descubrir la verdad detrás de la desaparición de su hermano. Ha luchado para hacer justicia por su familia y para desenterrar la verdad detrás de una gran mentira. Ha inspirado a muchos alrededor del mundo para hacer lo correcto y seguir adelante, incluso cuando las cosas parecen imposibles.