Pasadas las calles de un mercado repleto de gente, perros y rickshaws, debajo de un cielo lleno de humo y ya al final de la línea morada de metro, hay un revoltijo de casas con techos de hojalata donde Jai, de nueve años, vive con su familia.
Pasadas las calles de un mercado repleto de gente, perros y rickshaws, debajo de un cielo lleno de humo y ya al final de la línea morada de metro, hay un revoltijo de casas con techos de hojalata donde Jai, de nueve años, vive con su familia.