Raquel tenía un nuevo alumno y conectaron enseguida. La verdad es que el niño era tan encantador como irresistible, así que no pudo evitarlo, le robó el corazón. Y tampoco pudo evitar enamorarse de su padre, que no era tan encantador aunque sí irresistible. La verdad es que tenía una mala leche que no podía con ella. Era grosero, altanero y se creía que lo sabía todo. Pero como buena profesora ahí estaba ella para enseñarle lo que es el amor.