Abrielle estaba logrando destacarse en su carrera como fisioterapeuta gracias a su habilidad con las manos que muchos describían como “mágica”. Con una lista de clientes fijos, su agenda estaba llena de citas, pero cuando recibió una llamada para acudir a Industrias Gillingham, no pudo resistirse a la oportunidad de asegurarse aún más trabajo en el lugar lleno de ejecutivos estresados. Lo que no esperaba encontrar era a un hombre irresistible que le hacía agua la boca. Si bien Abrielle se tomaba su trabajo muy en serio, no le molestaba deleitarse con un dulce de vez en cuando.