El único recuerdo que tiene Esteban, después de haber sido secuestrado de niño y convertido en un mercenario en contra de su voluntad, son unos ojos violetas clavados en los suyos en una muda súplica, que perturban sus sueños.
El único recuerdo que tiene Esteban, después de haber sido secuestrado de niño y convertido en un mercenario en contra de su voluntad, son unos ojos violetas clavados en los suyos en una muda súplica, que perturban sus sueños.