Ella había aceptado su decisión. Él se había jurado no volver a caer.
Todo cambió el día que sus caminos se cruzaron y el roce de sus manos les hizo sentir que nada volvería a ser igual.
Ella había aceptado su decisión. Él se había jurado no volver a caer.
Todo cambió el día que sus caminos se cruzaron y el roce de sus manos les hizo sentir que nada volvería a ser igual.