Ciara Whelan quiere una cita. Su último novio, quien la dejó de una forma terrible hace un año, acaba de casarse y hasta le envió una notificación por correo. Si eso no es una señal de que se está quedando atrás en eso de conseguir pareja, no sabe qué más puede ser.
Como buena community manager, buscará la ayuda de su amigo Google y de todas las redes sociales a su alcance para lograr su objetivo: una foto perfecta para compartir; pero terminará sumergida en ese laberinto sin salida que es para cualquier mujer peligrosamente cerca de los treinta y con dos números en su talla de pantalón, conseguir hombres solteros y que busquen una relación seria. Por las malas le tocará descubrir que no es suficiente querer una cita, hay que querer una cita con, y para eso no sirven los algoritmos porque todos mienten en sus perfiles.
El hombre perfecto puede estar justo frente a sus ojos, esperando que Ciara le quite la vista a la pantalla del móvil y lo mire.
Como buena community manager, buscará la ayuda de su amigo Google y de todas las redes sociales a su alcance para lograr su objetivo: una foto perfecta para compartir; pero terminará sumergida en ese laberinto sin salida que es para cualquier mujer peligrosamente cerca de los treinta y con dos números en su talla de pantalón, conseguir hombres solteros y que busquen una relación seria. Por las malas le tocará descubrir que no es suficiente querer una cita, hay que querer una cita con, y para eso no sirven los algoritmos porque todos mienten en sus perfiles.
El hombre perfecto puede estar justo frente a sus ojos, esperando que Ciara le quite la vista a la pantalla del móvil y lo mire.