En su libro “Tres días en Orán”, Anne Plantagenet narra su viaje a Argelia junto a su padre en septiembre de 2005. La autora es hija, nieta y bisnieta de Pies Negros, y este viaje era una forma de conectarse con sus raíces y descubrir la historia de su familia.
La narración es emotiva y nostálgica, y está impregnada de la complejidad y el dolor que a veces acompañan a la identidad y las raíces. La autora se pregunta si un solo viaje puede dar sentido a toda una vida, y esta pregunta resuena en la mente del lector a lo largo de todo el libro.
En Orán, Anne y su padre buscan la casa donde nació la abuela de la autora, y se sienten rechazados por los habitantes del barrio. Aunque la casa ya no existe, los dos viajeros encuentran una especie de consuelo en recorrer los lugares de su infancia y conocer la cultura y la historia de Argelia.
En el epílogo del libro, “El deseo y el miedo”, Anne Plantagenet reflexiona sobre la repercusión que tuvo su obra en ambas orillas del Mediterráneo. La autora confiesa que su libro es una mezcla de deseo y miedo, tanto para ella como para sus lectores.
“Tres días en Orán” es un viaje emocional y personal que toca temas universales como la familia y la identidad. Es un llamado a la reflexión y una invitación a conocer nuestras raíces y nuestra historia.