Marcial es un hombre exigente, con un gran don de palabra, y orgulloso de su formación autodidacta. Un día, mientras pasea por la calle, se encuentra con una mujer que no solo le fascina, sino que reúne todo aquello que le gustaría tener en la vida: buen gusto, alta posición y relaciones con gente interesante.
Ella, que se ha presentado como Pepita, es estudiosa del arte y pertenece a una familia adinerada. Marcial necesita contarnos su historia de amor, el despliegue de sus talentos para conquistarla, su estrategia para desbancar a los otros pretendientes y sobre todo, qué ocurrió cuando fue invitado a una fiesta en casa de su amada.
Además, Marcial es un hombre altamente intelectual y considera que está por encima de su trabajo, ya que se desempeña como encargado en una empresa cárnica. Él desea ser reconocido por sus habilidades y por su capacidad para seducir a la mujer que le atrae.
El problema es que Marcial no es capaz de ver que su amor por Pepita es completamente irracional. Él la idealiza, creando en su mente una imagen perfecta de ella, sin reconocer que no la conoce en absoluto y que está enamorado de una fantasía. A pesar de esto, Marcial sigue adelante con su plan de conquista.
En su empeño por conquistar a Pepita, Marcial se presenta como un intelectual y utiliza su sofisticado lenguaje para impresionarla. Espera que su inteligencia y su habilidad para expresarse sean suficientes para enamorarla. Pero pronto se da cuenta de que hay otros hombres en la vida de la mujer que él desea y que también están interesados en ella.
Por ello, Marcial comienza a desarrollar una estrategia para deshacerse de la competencia. Se convierte en un maestro de la manipulación y utiliza su ingenio para querellar a los otros hombres. Pero, a pesar de sus esfuerzos, no consigue ganar el corazón de Pepita.
Cuando es invitado a una fiesta en casa de Pepita, Marcial cree que ha llegado su momento de brillar. Sin embargo, su comportamiento durante la velada es desastroso, y sus intentos desesperados por impresionar a Pepita terminan convirtiéndose en la comidilla de la fiesta. Paradójicamente, es en ese momento cuando se da cuenta de que su amor por Pepita es imposible.
Finalmente, Marcial comprende que había estado viviendo en un mundo de fantasía y que su obsesión por Pepita era completamente irracional. Aunque fue una experiencia dolorosa para él, también aprendió que necesitaba ser más realista y evitar volver a caer en la misma trampa en el futuro.