Ignatius Farray es al humor lo que el agua es a la vida, es decir, un elemento necesario. No porque sea parte de La vida moderna, tenga un Premio Ondas, haya estado nominado a los Emmy y convoque a miles de personas en sus monólogos cada año; tampoco porque sea invitado recurrente de La resistencia, Late Motiv, Ilustres ignorantes y cualquier otra manifestación de la risa que valga la pena; no. Ignatius Farray es necesario porque es imprevisible. ¿Y qué libro puede hacer un tío imprevisible? Quién sabe…