¿Por qué la violencia criminal se ha intensificado en México a medida que la democracia se ha consolidado? Guillermo Trejo y Sandra Ley han desarrollado en su libro una teoría innovadora sobre la violencia criminal que destaca la influencia política en este fenómeno. A través de estudios de caso y análisis estadísticos, muestran que la transición democrática, junto con la fragmentación del poder político, ha sido la principal causa del aumento y la intensificación de las guerras en México y de su extensión a la política y la sociedad civil.
A diferencia de estudios anteriores que veían a los grupos del crimen organizado como empresas económicas independientes que operan en contra de las autoridades estatales, Trejo y Ley conciben a estos grupos como organizaciones ilegales estrechamente vinculadas al Estado. Por lo tanto, estos grupos responden a los cambios políticos y no pueden existir ni operar con éxito sin algún tipo de protección estatal.
Los autores llaman a esta intersección colaborativa “zona gris”, un espacio donde los grupos criminales pueden prosperar. Sin embargo, cuando cambia la esfera del poder estatal, el equilibrio de la zona gris también cambia y se genera violencia. Votos, drogas y violencia propone un nuevo enfoque político que amplía nuestra comprensión del crimen organizado y de las condiciones que propician la guerra y la paz en el inframundo criminal.
Transición democrática y fragmentación del poder político
Desde finales del siglo XX hasta principios del siglo XXI, México experimentó una transición democrática que supuso un gran cambio en la estructura del poder político. El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que había gobernado el país durante más de setenta años, perdió el control del Congreso y de numerosos estados y municipios. Este proceso también se caracterizó por una mayor participación ciudadana y un mayor acceso a los medios de comunicación.
Sin embargo, aunque hubo avances significativos, la transición democrática también trajo consigo una fragmentación del poder político. Los partidos políticos tradicionales perdieron terreno a favor de nuevos partidos y coaliciones. Además, hubo un aumento de la corrupción y del clientelismo debido a la necesidad de los partidos políticos de obtener apoyo en un entorno más competitivo.
Esta fragmentación del poder político creó las condiciones propicias para la aparición y el fortalecimiento de los grupos del crimen organizado. Estos grupos pudieron obtener aliados políticos y protección en los gobiernos locales y estatales. Además, la intensificación de la competencia entre los partidos políticos creó un ambiente propicio para el uso de la violencia como medio de control político.
La importancia de la zona gris
La zona gris es un espacio de intersección entre el crimen organizado y el Estado. Es un lugar donde ambos actores se benefician mutuamente y colaboran estrechamente. El crimen organizado puede obtener protección, recursos y influencia política, mientras que el Estado puede obtener lealtad y apoyo de dichos grupos.
Esta colaboración entre el crimen organizado y el Estado se debe en parte a la debilidad del Estado mexicano. El Estado no tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza y, por lo tanto, no puede imponer su autoridad de manera efectiva en todo el territorio nacional. Los grupos del crimen organizado han ocupado este vacío y se han convertido en actores políticos importantes en muchas regiones del país.
Además, la zona gris es un espacio donde los límites entre lo legal y lo ilegal se vuelven difusos. Los grupos del crimen organizado pueden obtener beneficios económicos, políticos y sociales sin violar abiertamente la ley. Esto significa que los grupos del crimen organizado pueden ser tolerados o incluso apoyados por algunos sectores del Estado y de la sociedad.
El cambio político y la violencia criminal
Cuando cambia la esfera del poder estatal, el equilibrio de la zona gris también cambia. El ingreso de un nuevo partido político o coalición al poder puede suponer el fin de las alianzas políticas y la protección que el crimen organizado tenía con el anterior gobierno. El crimen organizado puede reaccionar de diversas maneras, desde intentar llegar a una nueva alianza hasta desatar la violencia en su territorio.
En muchos casos, el cambio político ha supuesto un aumento significativo en la violencia criminal en una región determinada. El crimen organizado responde a la nueva situación política con más violencia para mantener su control y proteger sus intereses. Esto a su vez puede provocar una escalada de la violencia en la región, lo que puede tener graves consecuencias para la sociedad civil.
Conclusiones
En resumen, Votos, drogas y violencia ofrece un enfoque político novedoso sobre la violencia criminal en México. Los autores argumentan que la transición democrática y la fragmentación del poder político han permitido la emergencia y consolidación del crimen organizado en México. La zona gris es un espacio clave donde el crimen organizado y el Estado colaboran estrechamente, obteniendo beneficios mutuos. Sin embargo, cuando cambia la esfera del poder estatal, el equilibrio de la zona gris también cambia y se genera violencia.
Este enfoque político ofrece nuevas vías para entender el fenómeno de la violencia criminal en México y crear políticas públicas más efectivas para combatirlo. La clave para lograrlo es entender la complejidad de la interacción entre el crimen organizado y el Estado y reconocer que la violencia criminal en México es un fenómeno político que requiere soluciones políticas.
Raquel García
Raquel es licenciada en Periodismo en la UCM. Desde pequeña, ha sido una ávida lectora y siempre ha disfrutado de sumergirse en mundos imaginarios a través de las páginas de un libro. Además, le encanta explorar nuevos lugares y culturas, y ha tenido la oportunidad de viajar a varios países en diferentes continentes. Actualmente, trabaja como redactora web y sigue descubriendo nuevos libros y lugares fascinantes.