Cuando ocurrió todo aquello y se lo contó a Mag y a su marido, ellos se limitaron a decirle: «Tienes aquí tu cuarto de soltera». Y ella lo había ocupado, sin más.
Pero nunca se metieron en demasiadas honduras y no porque no les interesara, sino porque ellos eran así.
Ella se había limitado a decir: «Ted y yo hemos decidido probar nuestro amor y nos separamos una temporada antes de decidir el divorcio».
A lo cual, como siempre, ellos asintieron.
Eso fue todo.
De eso hacía justamente cinco meses.