
A veces una promesa lo cambia todo.
Eso fue lo que le ocurrió a Raychel cuando, ocho años después de la muerte de sus padres, decide cumplir la promesa que le había hecho a su madre y parte hacia Londres acompañada de su hermana.
Ha investigado y sabe que todos los nobles son arrogantes, fríos e hipócritas. Es decir, todo lo contrario que ella, que es leal, honesta y cariñosa.
Sin embargo, tiene que encontrar a su marido entre ellos.
Lo que nunca se había imaginado es que el peor calavera y el más atractivo de todos, fuese el único que se ganase su atención.
Garrison vive una vida prestada.
Como conde de Eastburn y futuro duque de Hawley, sabe que su obligación es casarse y engendrar herederos, pero hacerlo con un padre como el suyo y en unas circunstancias como las suyas, es bastante improbable, por no mencionar todo lo demás.
Sin embargo una noche en la que la desesperación se ceba con él, conoce a una mujer que representa todo lo que le han enseñado a despreciar.
Y su vida cambia sin cesar desde entonces.
El ser humano es complicado, mucho más de lo que se podría imaginar, a veces el miedo, el orgullo, la responsabilidad o la falta de esta e incluso el amor, nos hace reaccionar de formas totalmente inesperadas.