Descargar Adiós, Helena de Troya – Germán Gullón

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Resumen de "Adiós, Helena de Troya" de Germán Gullón "Adiós, Helena de Troya" es una compilación de veinte relatos cortos escritos por Germán Gullón que exploran las diversas facetas de la vida contemporánea con un tono predominantemente humorístico y, a... Leer más

Resumen de “Adiós, Helena de Troya” de Germán Gullón

“Adiós, Helena de Troya” es una compilación de veinte relatos cortos escritos por Germán Gullón que exploran las diversas facetas de la vida contemporánea con un tono predominantemente humorístico y, a veces, sarcástico. Las historias se entrelazan con la vida cotidiana, pero están exageradas o distorsionadas para ofrecer una visión irónica y crítica de la condición humana en el fin de siglo. El libro utiliza el humor para desvelar la esencia absurda de algunos aspectos de nuestra existencia.

Historias como “Prohibido fumar” y “Tacones cercanos” apuntan directamente a elementos muy arraigados en la sociedad occidental, desde las políticas de no fumar hasta el estilo cinematográfico de Pedro Almodóvar, respectivamente. “Supermán en la calle Goya” se mofa de las pretensiones y la inseguridad de los habitantes de una acomodada zona de Madrid, y “Tú eres ella, Fernanda de Castro” sumerge al lector en la peculiar vida de un profesor cuya particularidad lingüística refleja el juego con los roles de género y podría interpretarse como una visión anticipada del lenguaje inclusivo.

Otra de las narraciones más llamativas es “No soy virgen, soy tu Madona”, una parodia que reescribe la historia cristiana situando al protagonista, Jesucristo, como un fotógrafo que reside en Santander, y a su padre José, como alguien influenciado por las buenas críticas que la Escuela de Altamira tiene en la región.

Para dar cabida a las variadas y a menudo incongruentes imágenes que componen las narrativas, Gullón acuñó el término “Cuentelas”, que describe como una variante del cuento tradicional que permite introducir en el texto una serie de elementos asimétricos de la realidad. Este estilo narrativo de Gullón invita al lector a sumergirse en collages literarios de alta velocidad y a observar la vida a través de un prisma colorido y tridimensional, similar al que se experimenta al ver una película en un cine 3D con gafas especiales.

Sinopsis de “Adiós, Helena de Troya”

En “Adiós, Helena de Troya”, Germán Gullón presenta un mural de cuentos que reflejan con agudeza y desenfado la absurda comedia que es la existencia humana. A través de la óptica del humor y la sátira, Gullón construye un universo donde lo cotidiano se eleva al plano de lo extraordinario y lo ridículo, a menudo revelando una profunda verdad acerca de nuestras sociedades y las personas que las habitan.

Cada relato es una ventana a un mundo en el que las expectativas se subvierten y lo convencional se enfrenta a lo grotesco, lo desmesurado o incluso a lo surreal. Desde la psicológicamente restrictiva y moralizante legislación antitabaco en Estados Unidos (“Prohibido fumar”), pasando por un retrato desinhibido al más puro estilo Almodóvar (“Tacones cercanos”), hasta un velado comentario sobre la construcción de la masculinidad en “Supermán en la calle Goya”. Otros relatos abordan reflexiones sobre identidad, arte, cultura y relación entre los géneros, ofreciendo una crítica mordaz y al mismo tiempo un homenaje satírico a diversos elementos de la modernidad.

La historia que da título al libro, “Adiós, Helena de Troya”, aunque no detallada en el resumen previo, podría simbolizar el adiós a una idealización del amor y la belleza, íconos como Helena de Troya que, bajo la lente de Gullón, serían desmitificados y recontextualizados en un mundo más prosaico y menos heroico. Es una invitación a dejar atrás las ilusiones distorsionadas de la grandiosidad y a encarar la realidad con una sonrisa cómplice ante sus incongruencias.

En toda la colección de “Cuentelas”, el autor juega con los límites de lo razonable, coqueteando con lo absurdo para sacar a la luz las inconsistencias y las ironías con un enfoque que se mueve entre la crítica ácida y el entretenimiento puro.

Opinión personal sobre “Adiós, Helena de Troya”

Es evidente que “Adiós, Helena de Troya” se ofrece como una experiencia literaria peculiarmente refrescante y desafiante. Germán Gullón, con su inusual enfoque narrativo y su ingenio incisivo, proporciona una colección de historias que capturan la esencia paradójica de la vida cotidiana en su fase más surrealista y a veces desconcertante.

Los lectores pueden encontrar en este libro una crítica social aguda y muchas veces hilarante. La habilidad de Gullón para entrelazar temas serios con humor irreverente brinda a las “Cuentelas” una doble capa de lectura: por un lado el entretenimiento puro y, por otro, el análisis social profundo.

Además, el autor hace uso de una creatividad lingüística notoria, experimentando con la estructura y la forma del cuento, y muestra un talento singular para captar las idiosincrasias de la vida moderna y exponerlas de manera que son reconocibles pero irreconocibles al mismo tiempo, algo que contribuye a la introspección y al asombro.

En su conjunto, “Adiós, Helena de Troya” puede ser leído como una celebración de la diversidad y complejidad de la experiencia humana, o como una invitación traviesa a no tomarse la realidad ni a uno mismo demasiado en serio. Gullón no se limita a desentrañar la naturaleza caprichosa de la sociedad actual; también nos recuerda que el arte y la literatura son formas poderosas de escapismo, reflexión y crítica.

Con todo, el mensaje subyacente del libro parece incentivar al lector a adoptar una actitud más lúdica y otra perspectiva en el enfoque de los dilemas y las incoherencias humanas. “Adiós, Helena de Troya” se posiciona, por tanto, como una obra en la cual la transgresión y el juego son esenciales para comprender e interpretar la vida. Al fin y al cabo, tal vez la única manera de dar sentido a nuestra existencia sea precisamente a través de esa especie de gafas de celofán de colores que nos resguardan del vértigo de la realidad y nos permiten observarla con una intensidad tridimensional. En “Adiós, Helena de Troya”, Germán Gullón logra justamente transmitir eso con una maestría narrativa que atrapa y desorienta, ilusiona y desilusiona, hasta la última frase del libro, que concluye con un punto.


Raquel es licenciada en Periodismo en la UCM. Desde pequeña, ha sido una ávida lectora y siempre ha disfrutado de sumergirse en mundos imaginarios a través de las páginas de un libro. Además, le encanta explorar nuevos lugares y culturas, y ha tenido la oportunidad de viajar a varios países en diferentes continentes. Actualmente, trabaja como redactora web y sigue descubriendo nuevos libros y lugares fascinantes.