Descargar La feria del mundo – E. L. Doctorow

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Resumen de "La feria del mundo" En "La feria del mundo", una obra emblemática de E. L. Doctorow, el lector es transportado a la ciudad de Nueva York durante la década de los años 30, una época marcada por el... Leer más

Resumen de “La feria del mundo”

En “La feria del mundo”, una obra emblemática de E. L. Doctorow, el lector es transportado a la ciudad de Nueva York durante la década de los años 30, una época marcada por el peso de la Gran Depresión. La novela se centra en la vida de Edgar Altschuler, un joven que, a pesar de las adversidades de la época, vivencia el mundo con asombro y curiosidad. La narrativa fluye a través de los ojos de Edgar, ofreciendo una perspectiva fresca e inocente que contrasta con el entorno sombrío de la recesión económica.

La familia de Edgar, como muchas otras, se ve forzada a adaptarse y sobrevivir en las circunstancias desafiantes del momento. Edgar, cuya vida refleja tanto la particularidad de su existencia cotidiana como los grandes sucesos históricos, nos guía por una serie de escenas pintorescas y significativas de su vida. La historia se entreteje con eventos como la Exposición Universal y la Segunda Guerra Mundial, que aunque moldean el curso de la historia, son sólo un telón de fondo para la narrativa personal de Edgar.

La novela está salpicada de elementos cotidianos y vivencias singulares, como una visita a la carnicería kosher, el placer de comprar un boniato a un vendedor ambulante o la construcción de un iglú en la calle con bloques de hielo. Incluso la aparición majestuosa del dirigible Hindenburg es descrita a través de los ojos maravillados del joven. En “La feria del mundo”, Doctorow logra capturar el pulso de una era y la esencia de una ciudad en constante transformación a través de las pequeñas, pero significativas, experiencias de su protagonista.

Sinopsis de “La feria del mundo”

“La feria del mundo”, escrita por E. L. Doctorow, es una novela que narra la historia de un muchacho llamado Edgar Altschuler y su familia en el Nueva York de la década de 1930. Con el telón de fondo de una América asediada por la crisis económica y los vientos de guerra en el horizonte, la novela se hunde en la descripción de una época compleja y en el corazón de una metrópoli que nunca duerme.

A lo largo del relato, Edgar, aún en su tierna juventud, nos permite vivir a su lado momentos repletos de descubrimientos, contrastando con la realidad dura y cruda de la época. Su narrativa, llena de detalles, colores y sabores, nos conduce a un recorrido introspectivo de su mundo, un mundo que, aunque tocado por las complicaciones de la Depresión y la proximidad de un conflicto bélico global, se percibe a través de los ojos de la inocencia.

La estructura de la novela se compone de episodios que bien podrían funcionar de manera independiente, pero que en conjunto tejen una rica tapestria de la vida de un niño y su familia. Cada capítulo suma capas de comprensión sobre el carácter de Edgar y su entorno, señalando los pequeños pero significativos eventos que marcan su crecimiento personal y el de la sociedad neoyorquina de su tiempo.

Experiencias como la visita a la Exposición Universal, que simboliza un mundo de posibilidades y el ingenio humano frente a la adversidad, o el espectáculo aéreo del Hindenburg, que mezcla el asombro con una ominosa premonición de desastres por venir, son unos de los puntos álgidos de la narrativa. Sin embargo, son las interacciones con su familia, las tradiciones y las rutinas de su vida diaria las que proporcionan a “La feria del mundo” su alma y su espíritu imperecedero.

Opinión personal sobre “La feria del mundo”

“La feria del mundo” es un logro literario que captura con maestría el espíritu de una época. E. L. Doctorow combina con habilidad la narrativa histórica con la perspectiva personal de su joven protagonista, Edgar Altschuler. Lo que resulta más cautivador de la obra es la habilidad del autor para tejer la tensión entre el macro y el microcosmos; entre los eventos mundiales de gran envergadura y las simplezas de la vida cotidiana.

La elección de Doctorow de contar este trozo de historia a través de los ojos de un niño es un movimiento literario poderoso, ya que enfatiza la manera en que la historia nos afecta a todos a nivel personal, sin importar la edad o la experiencia previa. Es esta perspectiva la que brinda frescura a temas que podrían ser considerados como sobrecargados o demasiado familiares para los lectores.

Además, la habilidad descriptiva de Doctorow es impecable. A través de la prosa de “La feria del mundo”, el lector puede casi sentir el crujido de la nieve bajo los pies, el olor del humo de los vendedores ambulantes y la vibración tensa de una ciudad que atraviesa tiempos inciertos. El autor no se limita a describir el mundo de Edgar; consigue que quien lee sienta que está asistiendo a una exhibición vivida del pasado.

Sin embargo, un desafío que puede encontrar el lector moderno en “La feria del mundo” es el ritmo narrativo, que difiere del de las novelas contemporáneas más orientadas a la acción. La novela demanda una lectura reflexiva, en la que se sumerja profundamente en la textura del relato y se disfrute de la luminosidad del detalle más que de una trama acelerada. Es una novela para ser saboreada lentamente, permitiendo que el lenguaje y las imágenes se asienten y maduren en la mente.

Para concluir, “La feria del mundo” de E. L. Doctorow es una obra literaria de profunda belleza y sutileza, que ofrece una mirada contemplativa a una era pasada a través de ojos jóvenes que contemplan su mundo con asombro y una sabiduría que supera su edad. La novela es un recordatorio de que, incluso en tiempos turbios, la vida sigue ofreciendo momentos de maravilla y significado, y que estos momentos siguen siendo tan relevantes y conmovedores hoy como lo fueron en aquel entonces. La vida, al igual que una feria, está llena de color, sorpresa y, a veces, tragedia, pero siempre es un espectáculo digno de presenciar.


Raquel es licenciada en Periodismo en la UCM. Desde pequeña, ha sido una ávida lectora y siempre ha disfrutado de sumergirse en mundos imaginarios a través de las páginas de un libro. Además, le encanta explorar nuevos lugares y culturas, y ha tenido la oportunidad de viajar a varios países en diferentes continentes. Actualmente, trabaja como redactora web y sigue descubriendo nuevos libros y lugares fascinantes.