Micaela cometió el error que toda señorita de alta cuna debía evitar, había quedado embarazada y, lo que era peor, ni siquiera recordaba la forma en la que había ocurrido.No tenía idea de cómo solucionaría ese problema, sobre todo, cuando el hombre que pensaba que era el padre del bebé se negaba a aceptarlo y, lo que era peor, ni siquiera era un noble. Micaela era una chica inteligente, quizá más de lo que todo el mundo imaginaba, puesto que cada que abría la boca no salían más que un montón de palabrerías… pero ella tenía muchas sorpresas que entregarle al mundo y lo estaría por demostrar.