Me llamo Victoria, aunque todos me conocen como Kiki.
El plan era sencillo: aprovecharse de una despedida de soltera de alto standing, porque la novia rusa al final no se iba a presentar. Además, quien lo proponía era Angie, la más sensata de las cuatro, eso nos era garantía suficiente. Cogí un vuelo a Mallorca para fingir ser la novia y así empezó un fin de semana que recordaré toda mi vida.
¿Te vienes de despedida de soltera?