Nunca pensé que alguien pudiera tener mala suerte en el amor a los diecinueve años, pero yo me enamoré del hombre más inalcanzable del mundo, uno atractivo, duro y rico, Maximiliano era todo para mi, pero estaba decidida a olvidarlo.
No obstante, el destino me llevó directo a él porque ahora trabajo para él y mis pensamientos siguen siendo los mismos, llenos de lujuria por ese cuerpo de infarto que me vuelve loca, ya han pasado nueve años y ya no soy una chica inexperta y él se ha dado cuenta, así que por alguna razón se fijó en mí y el día que pensé en alejarme de él, me tomó del brazo, me abrazó y me demostró que siente algo fuerte por mí, pero ¿por qué?