Atravesada por la memoria olfativa y bañada por la luz de Asturias, El verano que volvimos a Alegranza es una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias.
Atravesada por la memoria olfativa y bañada por la luz de Asturias, El verano que volvimos a Alegranza es una novela evocadora que nos recuerda que las buenas historias, igual que los buenos perfumes, siempre son necesarias.