Harriet Knight estaba decidida a superar una vida entera de timidez y decidió que cada día de diciembre haría algo que le diera miedo, incluido celebrar la Navidad sin su familia. Y cuando Harriet, que se dedicaba a pasear perros, conoció a su último cliente, Madi, un perro de aguas exuberante, añadió otro desafío a su lista: lidiar con el arisco doctor Ethan Black, cuidador temporal de Madi, y con la inesperada química que había entre ellos.
Ethan creía estar habituado al desorden… hasta que conoció a Madi. ¿Cómo era posible que un perro tan pequeño provocara tanto caos? Para Ethan, la solución era muy fácil. Pagar a Harriet para que compartiera su apartamento de Nueva York y cuidara las veinticuatro horas del animal. Pero lo que le hacía sentir Harriet no tenía nada de fácil. Los besos de Ethan hacían brillar a Harriet más que las estrellas y la luz de luna que bañaba Manhattan. Pero, cuando se acabara su trabajo de canguro del perro y volviera a su casa, ¿se atrevería con el mayor desafío de todos y le haría saber a Ethan que le había robado el corazón de por vida y no solo durante las Navidades?
Ethan creía estar habituado al desorden… hasta que conoció a Madi. ¿Cómo era posible que un perro tan pequeño provocara tanto caos? Para Ethan, la solución era muy fácil. Pagar a Harriet para que compartiera su apartamento de Nueva York y cuidara las veinticuatro horas del animal. Pero lo que le hacía sentir Harriet no tenía nada de fácil. Los besos de Ethan hacían brillar a Harriet más que las estrellas y la luz de luna que bañaba Manhattan. Pero, cuando se acabara su trabajo de canguro del perro y volviera a su casa, ¿se atrevería con el mayor desafío de todos y le haría saber a Ethan que le había robado el corazón de por vida y no solo durante las Navidades?